«Cuando me retiré las tiritas que me pusieron
las amabilísimas enfermeras del Centro de
Salud de Valldargent, tras la doble vacunación
(soy grupo de riesgo),me encontré con dos figuras.
-Será pareidolia o vista entrenada pero
yo las veo y creo que ustedes también-Mi dedicatoria -con agradecimiento- para
Susana de recepción, para el personal de
vacunación, y en general para todos los sanitarios».
Llevo décadas vacunándome contra la gripe. De pequeño y hasta en los comienzos de mi vida laboral, agarraba unos trancazos impresionantes, unos procesos gripales que cursaban con todo el catálogo de molestias, pero en mi caso con una intensidad que me dejaba inactivo para cualquier actividad, durante tres semanas desde el comienzo hasta una necesaria convalecencia.
Recuerdo especialmente el dolor: un dolor corporal que alcanzaba apoteosis volcánica en la cabeza, donde parecía que mi cráneo iba a resquebrajarse como una granada madura y a estallar en pedacitos.
Sólo a partir de la segunda semana, esa afección, que en otros suponía apenas dos o tres días a lo sumo de guardar cama, en mi cuerpo remitía, me dejaba leer y volver a ser yo mismo. De ahí viene mi época devora-libros. De esos largos días con sus tardes en los que la lectura no sólo me salvó del tedio sino que me hizo inmensamente feliz. Los libros, esos objetos sencillos, sin más requerimiento para conectarse con ellos que la fuerza de pasar una página, me abrieron el universo. De la tierra a la luna, al centro de la tierra o dándole la vuelta, en el HMS Beagle o con el joven Jim Hawkins hacia la isla del tesoro. Después habría muchos más libros y finalmente alguno propio.
Las vacunas también se hicieron necesarias para visitar lugares lejanos: la sabana venezolana, la selva amazónica … Nunca les tuve miedo. Eran la molestia menor.
Ante la llegada de la pandemia (definitivamente y para la historia, seremos, tristemente, la generación COVID), todos desconfiamos de la supuesta avaricia de las farmacéuticas. Pensamos, con cierta razón, que el pastel era demasiado goloso, las prisas eran muchas, las presiones imaginadas, y que los periodos de pruebas serían insuficientes. Tal vez, el gran fallo en esta pandemia ha sido aturdir y marear con un disparatado fuego de sobre-información en el que muchos: presidentes, portavoces, médicos, enfermeras, parientes y “uno que me ha dicho”. Recordemos que las campañas publicitarias de la DG de Tráfico no fueron eficaces hasta que no mostraron el drama en su cruda realidad. Tal vez deberían haberse mostrado bolsas (la verdad en su más siniestro envoltorio). Se nos quiso evitar y ahora tenemos una cifra de población que piensa que si se vacuna se le encogerá el pene o se volverá una vaina de judía como en “La invasión de los ultracuerpos”. Son los «negacionistas»: la mayor muestra de egoísmo insolidario y un atentado para la salud pública. Ellos se abstienen y nos tratan de paletos, mientras el resto -confiando ciegamente en las autoridades políticas y sanitarias- obedecemos las cuarentenas, las restricciones de todo tipo y la vacunación.
Lo único que se me ocurre es aplicar a tan sabias y visionarias personas alojamiento exclusivo en una ínsula como la de Sancho Panza o en una caverna como la de Platón. A fin de que no se contagien de nuestra actitud sumisa y de las posibles mutaciones que podamos experimentar los vacunados /embozados. Nosotros si les extrañaremos; pero los tontos tenemos un objetivo primordial que es el de seguir estando vivos.
Jaime Roig de Diego
Uno de los autores del libro colectivo “RELATOS GANADORES DEL CONCURSO LITERARIO LA CUARENTENA”.
Ediciones AZIMUT.
ISBN:978-84-121112-9-3
Siempre suelo trabajar por las noches hasta las tantas de la madrugada o bien pintando o contestando a mis amigos que escriben en
las redes sociales . Pues bien , mi gran amigo Jaime Roig De Diego ha publicado su relato sobre la vacunación y me ha encantado!
Seguimos con tantos casos en Holanda que
Ya han empezado con la tercera vacuna! Somos la generación del COVID 19! Y ya vamos a finales del 2021! Felicidades Jaime por tu publicación!
¡Gracias Consuelo!.Ya sabes lo mucho que respeto tu opinión porque está cargada de experiencia y de solvencia cultural. Es un honor para mi que la Presidenta de la Fundación Hispánico de los Paises Bajos, y artista personalísima, me dedique calificativos tan favorables. ¡Muchísimas gracias!.