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Si, ya sé que el Día de los Enamorados fue el lunes 14. Pero yo no quería hablar de la fiesta comercial, aunque le tengo un respeto a todo lo que mueva el comercio, sobre todo si lo ejercen emprendedores y no apisonadoras; aunque todos acabamos chocando con el carrito de nuestros amigos mas disidentes frente a una cabecera de góndola con Tranchetes, porque los americanos ya no lo consumen por insano y viejuno.
Igual piensan que voy a escribir una cosita guarrindonga por la g, el punto G y piensan en una señora que pone el morrito en forma de …bueno, haciendo pucheros y luego dicendo con mirada canibal, eso de “Amog” tal como recuerdo que lo decía Nadiuska. ¿Qué usted no sabe quien fue la tal Nadiuska…?, no importa. Hoy quiero dejar aquí, la manifestación de amor, de un artista a una persona a la que amó, una mujer fundamental en su vida. Y no, no es una escultura, una columna votiva o un cenotafio. Lo que mi admirado GUSTAVO diseñó y dedicó “Con Amor” es una bella colección de tazas de porcelana.
No son esos vulgares Mugs, son tazas grandes para beber colmados cafés con leche o espesos chocolates que en la isla no hay manera de encontrar. Son un regalo personal de Gustavo y mi mujer y yo, los disfrutamos visualmente a la vez que funcionalmente. Mi santa dice que son sus preferidas: curvas, de fino remate y buen acomodo para los labios. Yo entenderé de copas de vino, pero ella es , claramente , más de taza.
Hubo un tiempo en la transición, que el cine español realizó muchas películas sobre la guerra civil. En todas ellas -en algún momento-, salía un niño o niña sorbiendo un gran recipiente de leche humeante apenas sujeto con sus manitas. Entonces, un crítico de cine, con cierta sorna, para denunciar el hartazgo y la repetición de la fórmula, acuñó a estos cineastas como los del “cine del tazón”.
Estas no son tazas de “pobre de sopas”, son la expresión de un artista que un día, tras apurarse Mallorca hasta no quedar posos, y despedirse taurinamente, dando la vuelta a la isla en camello,(https://www.filmaffinity.com/es/film473081.html) se puso a hacer las Europas. Poco a poco, en una pacífica acción poética, fue poblándola de alegres seres policromos y luminosos y logró perforar el himen del melancólico gris llovizna. (Franco hubiera hablado de la “pertinaz neblina”), llenando, hogares, empresas, hoteles y hasta coches, con su gracioso bestiario de color.
Gustavo Peñalver se convirtió en un artista adorado en Berlin, donde hace muy poco, ha recibido un espectacular homenaje por parte de las autoridades en un bonito schloss, al que él correspondió con una expo titulada ¡Gracias Berlín!.
Gustavo fue uno de los primeros artistas que yo conocí gracias a lo que publicaba en el diario Baleares, que traía mi padre a casa. En mi cabeza estalló algo y seguro que influyó mucho, para que yo sea artista plástico. Estoy completamente seguro.
Por eso, por tu magisterio de Arte y esa lección de amor…¡Gracias, Gustavo! . ¡Que siga el amor en nuestras vidas!.
Jaime Roig de Diego
Artista plástico. Escritor